"Ubuntu" en la Biblioteca

Un antropólogo visitó un poblado africano. Quiso conocer su cultura y averiguar cuáles eran sus valores fundamentales. Así que se le ocurrió un juego para los niños. Puso una cesta llena de fruta cerca de un árbol. Y les dijo lo siguiente:

- El primero que llegue al árbol, se quedará la cesta con fruta.

Pero cuando el hombre dio la señal para que empezara la carrera, ocurrió algo insólito: los niños se tomaron de la mano y comenzaron a correr juntos. Al llegar al mismo tiempo, pudieron disfrutar todos del premio. Se sentaron y se repartieron las frutas.

El antropólogo les preguntó por qué habían hecho eso, cuando uno sólo podía haberse quedado con toda la cesta. Uno de los niños respondió:

- 'Ubuntu'.  ¿Cómo va a estar uno de nosotros feliz si el resto está triste?


 

Nuestra biblioteca se llama Domingo Faustino Sarmiento, pero también, hace años, le decimos “Jardín de gente”

Se llama así porque nos gusta el mensaje de este tema del artista argentino Luis Alberto Spinetta:

 

Alguien debió conservar y cuidar

con amor este jardín de gente,

¿Eso es lo que nunca será?

¿Cómo harás para ver y aliviar

el dolor en el jardín de gente?

Algún acuerdo en tu alma tendrás…

 

Y ya no sé si es que amanece o veo el cielo

como un gran collage.

 

Estás ciego al creer que podrás evitar este jardín de gente.

Con dinero no se inventa el amor.

Ya te hartaste de frutos y peces y panes que comes sin suerte.

Y el andén espera por mí.

 

¿Y qué dirás cuando termines el bocado

de tu propia flor?



Creemos en el cuidado, en la construcción colectiva y en la posibilidad de reparar aquello que alguna vez no funcionó bien. Aprender del error. Poner en palabra los problemas. Reparar lo que se rompió con algún accionar errado. Por eso pensamos en la idea de Ubuntu como eje organizador de estas ideas y propósitos.

 

Qué es Ubuntu:

 

Ubuntu es una regla ética mundial originada en Sudáfrica, enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre estas. La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Ubuntu es visto como un concepto africano tradicional.

Hay varias traducciones posibles del término al español, las más comunes son:

 

·         Una persona se hace humana a través de las otras personas.

·         Una persona es persona en razón de las otras personas.

·         Yo soy lo que soy en función de lo que todas las personas somos.

·         Yo soy porque nosotros somos, y dado que somos, entonces yo soy.

·         Nosotros somos, por lo tanto, soy; y dado que soy, entonces somos.

·         El bien común es el bien propio.

 

“Ubuntu” y “Dime”

 

El proyecto institucional de la Escuela 22 contempla como actividad habitual la renarración de los libros retirados en préstamo, desde hace más de una década, por considerar que no hay libros sin lectores, y tampoco habrá lectores sin una lectura constante y comprobable en cantidad y calidad en el día a día. Para esto, el dispositivo sencillo del encuentro semanal (o su correlato virtual a través de encuentros sincrónicos cuando no se puede físicamente) para compartir comentarios de lecturas sigue resultando exitoso para el desempeño de niños y niñas tanto en el área de Lengua, como también a nivel de la calidad de los vínculos establecidos entre pares y entre alumnos y docentes.

¿Son críticos los y las estudiantes? Si existe un interés por un tema y se proporcionan las facilidades necesarias para su expresión, niños y niñas son “críticos naturales” desde edades muy tempranas y, por tanto -con la ayuda de la persona adulta en rol mediador- serán capaces, a su nivel, de arrojar luz sobre la relación de las lecturas que realizan con la vida diaria, el crecimiento y sus desafíos, y de ver relaciones entre obras de diferentes épocas y culturas.

En su libro “Dime. Los niños, la lectura y la conversación”, Aidan Chambers afirmaba “Hablar bien sobre los libros es una actividad en sí muy valiosa, pero también es el mejor entrenamiento que existe para hablar bien sobre otras cosas. De modo que al ayudar a los niños a hablar de sus lecturas, los ayudamos a expresarse acerca de todo lo otro que hay en sus vidas.”


DIME. LOS NIÑOS, LA LECTURA Y LA CONVERSACIÓN.
Aidan Chambers


De aquí surge el enfoque Dime (“Tell me” en el original inglés) que consiste básicamente en lo que denomina “el círculo de la lectura” en el que los elementos fundamentales son tres: la selección de buenos libros, la lectura de los mismos durante un tiempo acordado, y la respuesta que obtenemos a partir de los dos anteriores, es decir, la expresión de los pensamientos y sentimientos que esa lectura produce en los lectores. En este sentido, Chambers incluye la conversación formal que se produce en la biblioteca y la charla informal que alumnos y alumnas llevan a cabo cuando comentan sus lecturas entre sí. Esta respuesta incide directamente en el proceso de selección, que llevará a otras lecturas, y a otras respuestas…para seguir alimentando ese círculo en medio del cual se sitúa esa persona adulta, facilitadora, mediadora o como queramos llamarla, a quien va dirigido este libro.

A partir de aquí, el autor va desgranando los presupuestos necesarios para desarrollar este enfoque:

Compartir el entusiasmo (lo que gusta o no gusta del libro), las dificultades (aquellas partes que no se entienden, para ir construyendo entre todos un significado) y los patrones narrativos que se van descubriendo a medida que transcurre la lectura, es decir, aquellos eventos, personas o lenguaje que los lectores extraen de su propia vida e incorporan a la lectura para interpretarla (ir del mundo al texto) y también las comparaciones que se realizan en ocasiones con otros personajes, otras lecturas, cuando piensan en sus similitudes o en sus diferencias.

Escuchar la experiencia del/la lector/a, sus pensamientos, sentimientos, recuerdos, no subestimar su percepción ni cómo es expresada. El proceso debe ser honesto por parte de todos/as: los niños y niñas deben poder confiar en que no se rechazará, menospreciará ni desechará su punto de vista, deben sentirse seguros e importantes cuando renarran.




Este enfoque desecha la pregunta “¿por qué?” puesto que no ofrece ninguna ayuda para empezar a hablar sobre una lectura determinada, es demasiado abierta y extensa para contestarla de una vez. En su lugar, las preguntas básicas para empezar la conversación siguen la fórmula: ¿Hubo algo que te gustara de este libro? (con sus variantes sobre si algo te llamó la atención, si te hubiera gustado que hubiera algo más de algo) ¿Hubo algo que no te gustara? (partes que te aburrieron, que te saltaste, donde dejaste de leer, qué te hizo dejarlo), ¿Hubo algo que te desconcertara? (algo extraño, algo que nunca habías visto antes en un libro, que te sorprendiera por completo, alguna incongruencia) y por último ¿Hubo algún patrón, alguna conexión, que notaras?

La razón de este enfoque viene determinada por el hecho de que no se llega al entendimiento del sentido de una lectura de forma directa y de una sola vez, sino que “se va descubriendo, negociando, construyendo y alcanzando orgánicamente a medida que se discuten preguntas más prácticas y específicas.” Empezar por lo obvio, por lo que piensan que saben sobre un texto, con el fin de descubrir “lo que no saben que sabían”. No tener ningún miedo a dejar la conversación si se observa que la elección ha sido pobre o no hay mucho que decir sobre él. Las preguntas básicas ya mencionadas, generales y especiales, no deben utilizarse como una “batería” sino en consonancia con la conversación para cumplir la función de sacar algo que está a punto de decirse o para ayudar a expresar algo que tan solo se intuye. Este debe ser el sentido último de este enfoque, proporcionar las herramientas necesarias, en este caso en forma de preguntas, para ir pasando de nivel: de nivel en la construcción de la historia, de nivel en el uso del lenguaje, de nivel de sentido, es decir, para formar lectores literarios competentes. Y también, lectores en comunidad, con la certeza constante de que la Biblioteca y las lecturas que en ella suceden, se enriquecen con la escucha y los aportes de todos y todas.



Todos y todas, es todos y todas

 

Los actores intervinientes en este proyecto somos: estudiantes, profesores/as de todas las áreas, equipo de conducción, familias, auxiliares. Gente que lee, gente que escucha y gente que acompaña. Hace años, ¡¡y seguimos!!

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