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DONDE Y POR QUÉ UTILIZAR LA WIPHALA

Así se lee en la 22
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Hasta 2010 la fecha fue conocida como el “Día de la Raza” y conmemoraba la llegada de Cristóbal Colón a América. Sin embargo, en 2010, en nuestro país, cambia su denominación por la del “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”, dotándolo de un significado acorde al valor que asigna nuestra Constitución Nacional y diversos tratados y declaraciones de derechos humanos a la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos.
Este cambio de paradigma implicó dejar atrás la conmemoración de “la conquista” de América para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que han aportado y aportan a la construcción de nuestra identidad. (Fuente de imagen: Sindicatura General de la Nación - SIGEN - )
La imagen es un texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano bordado por la artista textil chilena Cyntia Imaña.
Actualización (cronología de la denominación de la fecha)
El "Día de la Raza" fue establecido en la Argentina en 1916 por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen. Existió desde 2007 un proyecto de decreto, presentado por el INADI, de modificar el nombre de "Día de la Raza" por "Día de la Diversidad Cultural Americana." Finalmente fue consagrado como "Día del Respeto a la Diversidad Cultural" por medio del decreto de necesidad y urgencia 1584/2010 emitido por la presidenta Cristina Fernández. En 2024, durante la presidencia de Javier Milei, la Casa Rosada volvió a referirse al Día de la Raza, desconociendo el decreto de 2010. Fuente: Wikipedia.
¿Cómo se denomina la fecha en otros países de nuestro continente?
Con nuestra voz
Esta serie nació con el objetivo de desarticular el espacio de las lenguas de los habitantes originarios como meras traducciones de textos en español, hecho que sustentaba la idea de que las lenguas indígenas no serían aptas para la escritura de nuevos relatos. “Con nuestra voz” reúne producciones inéditas de estudiantes y docentes miembros de comunidades originarias o hablantes, que fueron traducidas al español en segunda instancia.
Podés descargarlos todos en este enlace: https://www.educ.ar/recursos/152735/con-nuestra-voz
Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Bibliodiversidad, para reivindicar la contribución de la edición bibliodiversa a la riqueza cultural de la sociedad moderna.
Con la celebración de este día se pretende apoyar la edición
y distribución de libros y obras literarias que no son récord de ventas y de
lectura en ferias de libros, librerías y bibliotecas.
Estas pequeñas ediciones no suelen aparecer en las reseñas y
titulares de periódicos y revistas. Tampoco encabezan la sección cultural de
noticias. Se trata entonces de visibilizar la realidad de pequeñas editoriales
y sellos independientes frente a los grandes grupos editoriales,
desequilibrando la oferta de mercado de autores y ediciones literarias.
¿Qué es la Bibliodiversidad?
Es un término que hace referencia a la
diversidad cultural en materia de libros, en la cual los lectores encontrarán
una gran variedad de géneros literarios y temáticas en obras de literatura
publicadas por pequeños grupos editoriales.
Constituye la base de la industria editorial, contribuyendo
significativamente a incrementar la riqueza cultural de las sociedades. Los pequeños editores promueven y divulgan nuevas
ideas, géneros literarios, temáticas y opiniones para la generación de una
polifonía cultural.
En la celebración del Día Internacional de la Bibliodiversidad se invita a las personas a fomentar la lectura de libros publicados por pequeños grupos editoriales y estimular a otras personas a leer, dejando un libro en un lugar público, así como publicar fotos y videos en las redes sociales.
En Argentina, una resolución de la Primera Junta de Gobierno de 1810, alertando sobre la excesiva concentración de jóvenes en las tareas de armas descuidando su educación, creaba la Biblioteca Pública de Buenos Aires el 13 de septiembre de 1810. Esta iniciativa estaba relacionada con otras impulsadas por Mariano Moreno, como la creación de un órgano de publicidad de la Junta (Gazeta de Buenos Ayres) y la traducción y edición de El Contrato Social, de Jean-Jacques Rousseau.
El día 13 de septiembre fue establecido como Día del Bibliotecario por el Congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en el año 1942 y fue instituido como "Día del Bibliotecario" a nivel nacional, en 1954, mediante sanción del Decreto Nro.17.650/54, en homenaje a los bibliotecarios de todo el país.
Este día se corresponde con la edición de la "Gaceta de Buenos Aires" del 13 de septiembre de 1810, en la que apareció un artículo titulado Educación, escrito por Mariano Moreno, en el que informaba sobre la creación por la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.
Nació el 14 de febrero de 1811 en San Juan, aunque fue anotado al día siguiente: de allí que quedara establecido el 15 como fecha oficial. En esta nota, a 210 años del nacimiento del prócer argentino, compartimos algunos momentos clave de su multifacética obra y legado, que lo llevaron a ocupar la presidencia, entre 1868 y 1874, y un lugar más que destacado en la literatura nacional.
Hombre
Faustino Valentín Sarmiento, conocido como Domingo Faustino, nombre que asumió en homenaje al santo de familia, nació en San Juan, capital de la provincia cuyana argentina, el 15 de febrero de 1811. Hijo de José Clemente Quiroga Sarmiento, arriero de mulas y peón ocasional, fervoroso soldado de la Independencia, y de Paula Albarracín, mujer fuerte y emprendedora que, en ausencia del padre, se imponía en el hogar.
Entre 1815 y 1821, Domingo cursó estudios en la Escuela de la Patria de su ciudad natal. En 1823, luego de tratar vanamente de ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires, trabajó como asistente del ingeniero Víctor Barreau, en la Oficina de Topografía de San Juan. Su tío, el presbítero José de Oro -a cargo de los estudios de Domingo- fue desterrado en 1825, por exhibirse contra las reformas eclesiásticas. Se trasladaron juntos a San Luis, donde Sarmiento fundó su primera escuelita, siendo maestro y discípulo al mismo tiempo. De regreso a la ciudad, fue dependiente de la tienda de un familiar y, ya desde entonces, el joven Sarmiento leía cuanto libro podía obtener.
La victoria federal en 1831 y el triunfo posterior de Facundo Quiroga al reconquistar las provincias andinas, provocaron el primer destierro de Sarmiento que emigró a Chile, donde permaneció hasta 1836 realizando distintas actividades para subsistir. Estudió por su cuenta inglés, francés, alemán, leyó sobre historia y derecho. Trabajó como profesor en una escuela de la provincia de Los Andes, donde mantuvo con la alumna María Jesús del Canto, una relación amorosa de la que nació su única hija Ana Faustina, quien lo acompañó durante toda su vida. En 1836, mientras se desempeñaba como minero, contrajo fiebre tifoidea y, a pedido de su familia, el entonces gobernador, Nazario Benavídez, le permitió volver a su ciudad natal.
Allí fundó el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa, instituto secundario para señoritas. Se inició en el periodismo con la creación del periódico El Zonda. Creó y dirigió en 1842 la Escuela Normal de Preceptores, primera institución latinoamericana especializada en preparar maestros.
Su labor como pedagogo fue reconocida por la Universidad de Chile que lo nombró miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y en 1845, el presidente Manuel Montt Torres le encomendó la tarea de estudiar los sistemas educativos de Europa y Estados Unidos, hacia donde viajó.
En 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (Dominguito), quien al estallar la guerra contra Paraguay y pese a la oposición de su madre, se alistó en el ejército argentino donde obtuvo el grado de capitán. Dominguito murió a los 21 años de edad, en 1866. Sarmiento escribió la biografía de su apreciado hijo adoptivo (Vida de Dominguito). La prematura muerte del joven lo entristeció hasta su propia muerte acaecida en Paraguay el 11 de septiembre de 1888, a los 77 años de edad. Sus restos regresaron a Buenos Aires y fueron sepultados en el Cementerio de la Recoleta.
Funcionario
Sarmiento tuvo a lo largo de su vida una activa participación política. Luego de rechazar dos cargos como diputado en Buenos Aires, inició su carrera política como concejal en esa ciudad en 1855. Nombrado Jefe del Departamento de Escuelas, habilitó nuevos edificios de enseñanza y redactó la importante publicación pedagógica Anales de la Educación Común.
Desde el periódico El Nacional esbozó iniciativas que daban cuenta de su imagen política, propuso el cercamiento de las estancias, la ocupación y distribución de las tierras públicas; la regulación de las aduanas, ferrocarriles e inmigración. Desarrolló propuestas para todos los problemas que se presentaban a la naciente vida institucional argentina.
En 1857, como senador, propició el voto secreto y medidas de salubridad y circulación comercial. Continuó sus críticas al régimen de tierras de Buenos Aires, al “latifundio que no deja lugar al hombre, que ha nacido en la estancia de cuarenta leguas, que no tiene andando el día a caballo dónde reclinar su cabeza, que está sometido a las vacas, dueñas y señoras de la pampa”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri, en: “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 379]
En 1862, al llegar a San Juan como teniente coronel, enviado por el presidente Bartolomé Mitre para sofocar un levantamiento de caudillos, sus coprovincianos le ofrecieron el gobierno. Luego de la muerte del general Ángel “Chacho” Peñaloza (1863), Sarmiento decretó el estado de sitio sin solicitarlo al gobierno nacional, por lo que fue desaprobado y renunció a la gobernación en 1864.
El presidente Mitre le encomendó la misión de ministro plenipotenciario en Estados Unidos. Allí residió tres años, en los que se vinculó con políticos, educadores, filántropos; fue invitado a dar conferencias en Nueva York y nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Michigan.
En 1868 triunfó su candidatura a la presidencia con la fórmula Sarmiento–Alsina. Su gobierno encaró múltiples conflictos: guerra con Paraguay (terminada en 1870), epidemias de cólera y fiebre amarilla, levantamientos militares como el de López Jordán y asesinatos políticos como el de Urquiza, expediciones militares contra los indios, el pronunciamiento de Mitre y hasta un atentado contra su vida.
Luego, como Senador de la Nación (hasta 1875) y Director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires (1881), se ocupó de la inmigración y la enseñanza laica. Defendió la educación de la mujer a la par del hombre, y mantuvo amistad con Juana Manso, a quien consideró la única persona en América Latina que había interpretado su plan de educación.
Sarmiento fundó la Sociedad Literaria en 1838, filial sanjuanina de la porteña Asociación de Mayo de 1810, de la que participaban Esteban Echeverría, José María Gutiérrez, Juan Bautista Alberdi y otros hombres de la Generación de 1837. La sede del grupo artístico era utilizada como centro de reunión de los opositores a Juan Manuel de Rosas, por entonces gobernador de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de Argentina.
Creó el periódico El Zonda (1839), desde el que dirigió críticas al rosismo. Por sus ataques al gobierno federal, en 1840 tuvo que exiliarse en Chile. Allí fundó el periódico El Progreso y escribió para El Mercurio, El Heraldo Nacional y El Nacional.
Compuso un Método de lectura gradual (1845) que el gobierno chileno adoptó para enseñar a leer en escuelas públicas.
En Polémicas (1842) sobre la lengua, la ortografía, el romanticismo que sostuvo con Andrés Bello y con la Revista Católica, se palpa su entusiasmo por el desarrollo de discusiones y controversias filosóficas, políticas, educativas, a las que consideraba de un gran enriquecimiento intelectual. En su obra Conflictos y armonías de las razas en América (1883) suavizó prejuicios raciales contra el indígena que había expresado anteriormente.
En Recuerdos de provincia (1850) Sarmiento narró su infancia, “sin espacio para la melancolía, la nostalgia o el ensueño propios del romanticismo más subjetivo. (…) edifica su imagen, tan sin tapujos, sin pudor casi, sabiendo que se lo percibe arrogante e irónico”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri en “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 405]
Durante 1845, el periódico El Progreso, de Chile, publicó el folletín que luego se editó completo bajo el título: Civilización i barbarie, Vida de Juan Facundo Quiroga, aspecto físico, costumbres i ábitos de la República Argentina. La obra relata la lucha que libró la civilización de las ciudades, contra la barbarie de la campaña, entendido en términos del propio Sarmiento. El autor identifica la historia con la biografía: en el destino del caudillo riojano, Sarmiento simboliza la campaña bárbara. Luego de describir tremendamente a Quiroga y a Rosas, propone un programa de gobierno que ubicaría al país en el camino del progreso.
No existe prácticamente texto de Sarmiento que no surja como respuesta ante una situación, para rebatir una idea o lanzarla: “Soldado, con la pluma o la espada, combato para escribir, que escribir es pensar…”, dijo en su obra Campaña en el Ejército Grande aliado Sud América (1852). [Sarmiento, Domingo F.: Campaña en el Ejército Grande, México, Fondo de Cultura Económica, 1958.]
Viajero
Sarmiento fue un viajero: en algunas oportunidades llevado por misiones diplomáticas o culturales; en otras, por los exilios que, más que viajes, constituyeron diversos y sucesivos lugares de residencia.
Hacia 1845 Sarmiento partió desde Valparaíso (Chile) en misión oficial para estudiar métodos de educación en Europa y Estados Unidos. Regresó tres años después de haber visitado personalidades como George Sand, Honoré de Balzac y a su compatriota José de San Martín, quien vivía exiliado por propia voluntad, en su residencia de Grand Bourg.
Una vez finalizado su viaje por el mundo, en 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (“Dominguito”) y se instaló con ellos en Yungay. Durante más de un año se dedicó de lleno a escribir; fruto de ello es su obre Viajes en Europa, África y América, (volumen 1, 1849 y volumen 2, 1851): en cuyo prólogo escribió: “Los viajes son el complemento de la educación de los hombres, y si el contacto con personajes eminentes eleva el espíritu y perfecciona las ideas, puedo vanagloriarme de haber sido muy feliz en mi excursión, pues he podido acercarme, no sin haber sido favorablemente introducido, a los hombres más eminentes de la época”.
Sarmiento era un observador, trataba de identificar paisajes, costumbres, modos de organización.
Durante su viaje a los Estados Unidos, lo fascinaron las transformaciones geográficas, la extensión de las comunicaciones, los ferrocarriles, la colonización hacia el oeste. Relacionó esos cambios con los aspectos materiales necesarios para la conformación de una república democrática e igualitaria. Ese viaje, sin duda, contribuyó a forjar su proyecto político para la naciente Argentina.
Domingo Faustino Sarmiento fue un autodidacta. Así lo vieron sus contemporáneos, para la caricatura (como el dibujante Stein, en el periódico El Mosquito) o para la admiración y el comienzo de un mito según los escritos de Leopoldo Lugones, y hasta la actualidad Ezequiel Martínez Estrada y David Viñas, quien sostuvo: “…sus palabras se abren paso, avanzan sobre nosotros desgarrando la zona de lo vedado y su viaje inaugura una real comunicación en tanto supone un cuerpo a cuerpo y un esfuerzo por reconquistarse a través de una versión de Europa que no se corresponda con las visiones elaboradas. Por eso, si nos atenemos a esa tensión y a su creciente impudor, Sarmiento es el primer escritor moderno de nuestra literatura”. [David Viñas: Literatura argentina y realidad política”, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1964]
Fuente: Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
15 datos poco conocidos sobre Sarmiento
Te contamos algunos acontecimientos que tal vez no conocías
de la vida del prócer:
1.
Sarmiento no se llamaba Domingo. El nombre que
figura en su partida de nacimiento es Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. Lo
habían nombrado Valentín porque nació un 14 de febrero, aunque fue registrado
el día siguiente. Su familia siempre lo llamó Domingo, porque su madre era devota
de Santo Domingo.
2.
El apellido de sus antepasados era "Quiroga
Sarmiento", esa designación llegó hasta el mayor de sus tíos, José Manuel
Eufrasio Quiroga Sarmiento. Pero tanto su padre Clemente como sus otros 10
hermanos fueron inscriptos sin el "Quiroga". Se dice que esto se
debió a que el apellido Sarmiento se estaba extinguiendo.
3.
Domingo creció en la casa de su madre, doña
Paula Albarracín, la que construyó a fuerza de su trabajo como tejedora. Su
telar original puede verse en la Casa Natal de Sarmiento, en San Juan.
4.
Sarmiento aprendió a leer a los 4 años. Sus
primeros maestros fueron su padre José Clemente y su tío José Eufrasio Quiroga
Sarmiento. En 1816 ingresó a una de las llamadas "Escuelas de la
Patria". Cuando finalizó estos estudios tramitó una beca para ingresar al
Colegio de Ciencias Morales, en Buenos Aires, que no le fue concedida. A partir
de entonces fue autodidacta. Un amigo ingeniero lo ayudó con las matemáticas,
su tío José de Oro Albarracín (hermano de Fray Justo Santa María de Oro) lo
ayudó con el Latín y Teología. Y aprendió francés por sus propios medios.
5.
A María Jesús del Canto, madre de su única hija
biológica, la conoció en una escuela, durante uno de sus cuatro exilios en
Chile. Ella era su alumna y él se enamoró; Emilia Faustina Ana nació al año
siguiente. María Jesús murió en el parto, el 18 de julio de 1832. Quedando
huérfana de madre, Faustina se crió con su abuela Paula y sus tías. Sobre todo
porque Domingo nunca se quedó demasiado tiempo en ningún lugar.
6.
Sarmiento plantó la primera vara de mimbre en el
país, lo hizo en el Delta del Paraná. También se le atribuye haber traído las
primeras semillas de nogales pecan de los Estados Unidos, al Delta. Según su
nieto, durante el último año de vida, el Prócer enviaba varillas de mimbre por
correo para promocionar su producción.
7.
En Chile, dirigió la Escuela Normal de
Preceptores, la primera institución latinoamericana especializada en preparar
docentes.
8.
En 1845 nació en Chile Domingo Fidel, hijo del
chileno Domingo Castro y Calvo y la argentina Benita Martínez Pastoriza, que al
enviudar, en 1848, se casó con Domingo Faustino Sarmiento, que le dio su
apellido al niño. El matrimonio solo duró un año, pero el hijo adoptivo
-conocido como “Dominguito”- fue muy querido por Sarmiento. En septiembre de
1866, durante la Batalla de Curupayty, Dominguito fue herido de muerte. En ese
momento, Sarmiento era ministro plenipotenciario de la Argentina en Estados
Unidos. La noticia de la muerte de su hijo lo hundió en una profunda depresión,
renunció al cargo diplomático y regresó a Buenos Aires. Después escribió la
biografía de su hijo: Vida de Dominguito.
9.
Entre 1845 y 1847 Sarmiento emprendió un viaje
por Europa, África y América, para estudiar el sistema educativo de los países
que visitó. Como resultado de ese viaje escribió los libros: La educación
popular, Viajes -una serie de cartas donde iba contando sus experiencias-, y el
Diario de gastos, un libretita que el propio Sarmiento definió como "uno
de mis mejores recuerdos", con anotaciones en varios idiomas.
10.
Contribuyó mucho a su provincia natal cuando
inició su mandato como gobernador de San Juan, en 1862. En dos años incorporó
el alumbrado público, se encargó del empedrado de las calles y abrió y ensanchó
varias de ellas. Además, forestó y confeccionó el plano topográfico de la
provincia.
11.
Fundó la Comisión Nacional de Bibliotecas
Populares (CoNaBiP). Fue el encargado de crear y desarrollar este organismo que
hasta la actualidad fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares
como organizaciones de la sociedad civil.
12.
Organizó el primer censo nacional, en 1869. Este
arrojó como resultado que en el país había 1.836.490 habitantes, siendo el 8%
del total inmigrantes europeos, el 70% población rural y el 71% de los
argentinos, analfabetos.
13.
Sarmiento también inició la meteorología en el
país. Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos logró
que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould viajara al país para crear un
observatorio astronómico, pero cuando Gould llegó, Sarmiento ya había levantado
el Observatorio Astronómico de Córdoba que adquirió entonces relevancia
internacional. Ambos iniciaron los estudios argentinos de meteorología al
crear, en 1872, la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en
Córdoba para luego trasladarse a Buenos Aires.
14.
Mediante la Ley de Subvenciones de 1871, el
padre del aula garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la
compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las
provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total
de 1816 escuelas, de las cuales el 27% eran privadas. La población escolar se
elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.
15.
Las calles nombradas "11 de septiembre"
en todo el país, en general, se deben a la fecha de su fallecimiento, en 1888.
Un lector
Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído.
No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones,
los modos, la laboriosa mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
la otra cara secreta de la moneda.
Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página,
me di al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Última Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
a mis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.
Jorge Luis Borges. Elogio de la sombra, 1969
Compartimos este poema del escritor argentino Jorge Luis Borges para sumarnos a la celebración del Día del Lector en un nuevo aniversario de su nacimiento
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Libros grandes como mundos, para salir del encierro |
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Tras su aprobación en el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación en el año 2012, se instituyó finalmente la fecha 24 de agosto como «Día del Lector y la Lectora», en conmemoración y homenaje al día del natalicio del escritor argentino Jorge Luis Borges. El proyecto de ley fue aprobado por unanimidad en ambas cámaras.
La ley promulgada tiene el fin de promover la lectura y la democracia a través de la realización en dicha fecha de actos de divulgación de las letras y de reconocimiento a la obra y a la trayectoria de la máxima figura de la literatura nacional.
El texto del proyecto menciona una recordada frase que Borges escribió en su poema «Un lector»: «Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído».
Una buena manera de festejarlo es a través de la poesía, para muchos, la máxima expresión de la literatura.
Compartimos aquí un poema de Jorge Luis Borges. Su Poema de Los Dones reflexiona sobre la ceguera y la lectura:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.
Chicos y chicas de 7A y 7B, como ya es tradición en las escuelas, investigan durante este mes sobre San Martín. En la biblioteca se generó esta plataforma de contenidos
En años anteriores, partir de ella, lograron ambos grados dos producciones hermosas que son también un insumo para la investigación de este año: 7A armó colaborativamente una presentación sobre los momentos más importantes de la biografía del prócer, y 7B, un imaginario programa radial, con su propia musicalización, y una entrevista al Libertador.
Aquí puede verse una de ellas:
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Para verla, clic en la imagen |
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clic en la imagen |
En su primera máxima a su hija Mercedes, San Martín escribe:
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Las máximas a Mercedes, de puño y letra de S. Martín |
En este video vas a poder ver el retrato de San Martín a lo largo del tiempo. Cómo va cambiando su rostro, imaginariamente, a medida que pasan los años, las batallas y desafíos que tuvo que enfrentar.
San Martín. Un
legado de valentía y liderazgo*
Han pasado doscientos
cuarenta y seis años desde el nacimiento de uno de los argentinos más
importantes de la Argentina. Su vida y sus acciones han sido parte fundamental
de nuestra Historia.
San Martín ha sabido ceder a sus intereses particulares por el bien de la nación. Era un hombre conciliador, pero también muy duro y firme en cuanto a sus decisiones,un raro ejemplo de esto es el simple hecho de no querer desembarcar en el país en un momento de lucha intensa.
San Martín trataba de formar respetuoso y paternal a sus soldados. Se preocupaba por el bienestar de sus tropas y se esforzaba para que sus soldados mantuvieran una buena moral y disciplina.
San Martín respetaba a su padre, aunque no siempre estuvieron de acuerdo en todo. Pasaron mucho tiempo separados debido a sus obligaciones militares.
Él y su madre, Gregoria Matorras, tenían una relación muy especial. Quien fue uno de los grandes héroes que ayudó a independizar a Sudamérica, siempre demostró mucho respeto y cariño hacia su mamá, y él siempre la valoró mucho. La forma en que se comportaba y tomaba decisiones estaba muy influenciada por lo que aprendió de ella. Aunque era un líder decidido y valiente también tenía un lado tierno y cariñoso, especialmente con su mamá.
En 1812 conoció en una tertulia a la mujer que, como él dijo, lo había «mirado para toda la vida». Remedios Escalada se convirtió en su esposa cuando ella tenía quince años y él treinta y cuatro. San Martín trataba con respeto y afecto a su esposa, aunque su trabajo como general lo mantenía lejos de casa, mantenía correspondencia regular con ella y le expresaba su cariño.
El 24 de agosto de 1816 nació su hija Mercedes. Cuando la niña tenía sólo cuatro meses, San Martín dejó a su familia para cruzar los Andes en su campaña libertadora y no volvió a verla hasta siete años después. Cuando regresó, su mujer había fallecido a causa de la tuberculosis y su hija era criada por sus abuelos.
Su relación con su hija Mercedes refleja su amor y dedicación paternal, a pesar de su participación en las guerras de independencia. Tras su retiro de la vida pública, San Martín se dedicó a cuidar de ella.
Era un hombre valiente, creativo y bondadoso, soñaba con la Independencia, era estricto y muy detallista con los errores, pero seguro de sí mismo. Era generoso, teniendo en cuenta las necesidades que atravesaba el país. En Argentina se lo conoce como Padre de la Patria y Libertador, se lo valora como el principal héroe y prócer del Panteón Nacional.
*El texto
en itálica corresponde a la voz en off del reel producido por los y las
estudiantes. Los primeros párrafos, que en el video protagoniza San Martín,
fueron modificados de primera a tercera persona para el formato textual.
Autores y autoras - 7B TT / 2024:
CINTURION, Lautaro
COLAN CORREA, Leandro
FILONI TANNCHEN, Violeta
HERNÁNDEZ, Martina
MAIGUA GALLARDO, Giuliana
MEDEIRA, Stefanía
MENDOZA, Milagros
RAMÍREZ MIGUELES, Dylan
RAMÍREZ, Valentina
SANTA CRUZ, Agustina
Los indianos, de Laura Ávila, es un cuento que nos narra las
aventuras de un joven Belgrano en la Universidad de Salamanca.
Esta narración maravillosa nos permite conocer cómo Manuel vivió sus días jóvenes en España, mientras estudiaba para convertirse en nuestro gran prócer.
En el enlace debajo de la imagen de tapa, vas a encontrar el libro para descargar, y un video animado con la narración completa, en la versión de la colección Más historias por leer.
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Un desafío aquí para quienes lo leyeron. ¡¡A jugar!!