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Proyecto Verne: Radioteatro




Les presentamos un guion de radionovela titulado "Aventuras en el faro", el cual presenta una narrativa dramática centrada en el personaje de Denton, un hombre que busca soledad como farero tras ser acusado de asesinato en California. La historia sigue a Denton en una remota isla, donde sus compañeros son atacados por piratas, liderados por Kongre, quienes planean usar el faro para saquear barcos. La trama se complica cuando los piratas intentan manipular a Denton usando a una mujer, Arabella, que se parece a su amor perdido, Mary Ann, para obtener información sobre el relevo. Finalmente, Denton frustra los planes piratas, pero Arabella muere, revelando la inocencia de Denton y la espera de Mary Ann, lo que lo lleva a regresar a California.


Guión del radioteatro: “Aventuras en el faro”

 

Personajes/Roles

(Por orden de aparición)

 

Braddy

Voz en off

Denton

Capitán Moriz

Marinero

Felipe

Mary Ann

Kongre

Helmer

Pirata

Tabernero

Señor Garson

Arabella

Montefiore

 

Braddy: “Naciste para vivir solitario, Denton, como un faro sobre la punta de una roca seca y descolorida”.

 

Voz en off: Se lo había dicho el viejo Braddy, que alguna vez fuera un hombre de mar.

 

Denton: Él tenía razón. Seré siempre como ese maldito faro. ¡Me hartaré de verlo durante estos tres meses!

 

Capitán Moriz: Ya estamos en Cabo de Hornos, muchachos. Aunque los viejos marinos llamamos a este lugar “el borde del mundo”. Más al sur sólo quedan las tierras heladas.

 

Voz en off: El barco que los había traído alzaba el ancla más allá, en el mar. Alguien les gritó:

 

Marinero: “¡Hasta el verano, amigos!”

 

Voz en off: …pero sólo el capitán Moriz devolvió el saludo.

 

Capitán Moriz: ¡No olviden regresar para relevarnos!

 

Felipe: El trabajo de cuidar y mantener el faro no será muy pesado, Denton, pero os días pasarán lentos y aburridos. ¿Vas a decirme de una vez por qué dejaste tu California natal y te metiste en esto?

 

Denton: ¡Rema y cállate, Felipe! Alguien me enseñó a no preguntar al que nada pregunta.

 

Capitán Moriz: Habrá que organizar la tarea para llevarse bien. Somos tres hombres en un páramo, encargados de ayudar a los que se arriesgan por estas lejanas playas.

 

Voz en off: Los días se fueron sucediendo invariables, ventosos y grises. Bajo el sol, el faro parecía un monumento a la soledad. Pero de noche era una estrella luminosa indicando el buen camino.

 

Felipe: El capitán duerme como un lirón, Denton. ¿Iniciamos una nueva partida de poker?

 

Denton: ¡Al diablo con tus cartas! Creo que saldré a caminar por las rocas.

 

Felipe: ¿No olvidas algo, californiano? Esta fotografía estaba bajo tu almohada. La descubrí esta mañana al ordenar las camas. La muchacha es bella, pero, ¿quién es el novio feliz?

 

Denton: ¡No debiste sacar esto de su sitio, Felipe! ¡Voy a castigarte duro! Si hay algo que un hombre debe respetar es la intimidad d otro.

 

Capitán Moriz: ¡Quieto, Denton! No quiero peleas aquí. ¡Deberías estar arriba, controlando la luz del faro!

 

Voz en off: Subió y volvió a mirar la fotografía frente a la luz que titilaba como un corazón moribundo. Y su recuerdo aleteó como un pájaro.

 

Denton: La bella muchacha y el novio feliz. O la causa de mi soledad. Mary Ann era la mujer que yo amaba, en California, cuando habitaba el campamento de su padre, en plena fiebre del oro…

 

Mary Ann: Trabajas más que ninguno, Denton. ¿Y para qué? Esas piedras doradas sólo enriquecerán al dueño de estas tierras.

 

Denton: Me dan un porcentaje de lo que saco. A mi ambición le basta.

 

Mary Ann: A la mía, no. Nunca serás nadie y empiezo a creer que me costará compartir la vida con un hombre pobre.

 

Denton: No hablabas así cuando nos conocimos, Mary Ann.

 

Mary Ann: Acaso porque era una muchacha inexperta. Pero crecí, ¿sabes? Y supe que puedo gustar a otros tan importantes como el banquero Garson.

 

Denton: ¡Cállate!

 

Mary Ann: ¿Suéltame! ¿Adónde me llevas ahora?

 

Denton: A un lugar donde estemos más solos y pueda hablarte claro. Eres mía, Mary Ann, prometiste ser mi mujer cuando volviésemos a la ciudad. ¿Cambiaste acaso de parecer? ¡Dime que bromeabas! ¡Grita que sólo pretendías jugar a enojarme!

 

Mary Ann: ¡Denton!

 

Capitán Moriz: ¿Piensas pasar toda la noche ahí arriba, Denton? ¡Baja, que el café se enfría!

 

Denton: ¡De acuerdo, capitán Moriz!

 

Capitán Moriz: Aún nos queda un mes aquí. ¡Y no quiero verlos enemistados! ¡Vamos, muchacho, aprieta la mano de Felipe y dile que olvidas todo!

 

Denton: Yo no sé olvidar.

 

Voz en off: Después le dolió hacerlo porque en la mañana un barco apareció en el horizonte. En la costa, el capitán observa cómo se acerca con un catalejo.

 

Capitán Moriz: ¡Viene hacia aquí!

 

Voz en off: En la cubierta del barco, el capitán Kongre y Helmer contemplan la costa.

 

Kongre: ¡Ese es el faro del fin del mundo! Nuestra meta. ¿Cuántos hombres supones que lo habitan, Helmer?

 

Helmer: No muchos, capitán Kongre. Será fácil reducirlos.

 

Voz en off: Felipe y el capitán Moriz se aproximan al muelle. Denton permanece en el faro, cauteloso.

 

Felipe: ¿No vienes con nosotros, Denton? La marea les permite atracar en el muelle de la bahía.

 

Denton: Jamás me muestro amistoso con marinos sin bandera, Felipe.

 

Capitán Moriz: ¿Necesitan ayuda? ¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen?

 

Denton: Moriz y Felipe suben al barco. Nadie se mueve en cubierta. Creo que se arriesgan demasiado.

 

Capitán Moriz: Soy el Capitán Moriz a cargo del equipo de mantenimiento del faro de la isla.  Si tenemos lo que buscan, gustosos…

 

Kongre: ¡A ellos!

 

Denton: ¡Los atacan!

 

Capitán Moriz: ¿Por qué?

 

Felipe: ¡AAAG!

 

Denton: ¡Ni siquiera les dieron la oportunidad de defenderse! ¡Miserables! Echan sus cadáveres al mar y se alistan a ocupar la isla.

 

Voz en off: Dos meses le habían bastado para conocer todos los recovecos del lugar. Su olfato le previno que debía ocultarse para sobrevivir.

 

Denton: Desde aquí podré observarlos sin peligro. Bajan sus cosas. Utensilios, muebles, ropas.

 

Kongre: ¡Nos instalaremos inmediatamente! Ocuparé la casa del faro y ustedes levantarán sus tiendas por las rocas, Helmer.

 

Helmer: ¡La isla florecerá, capitán!

 

Kongre: ¡En nombre de mi poder y mi fuerza, yo, Kongre, tomo posesión del faro del fin del mundo!

 

Denton: El llamado Kongre tiene aspecto sanguinario, como los demás. He conocido a otros de su clase. ¿Pero qué diablos se proponen hacer aquí?

 

Voz en off: No era una tierra propicia para nada. Un cascarón flotando en el inmenso mar apenas. Aguardó la noche y cuando el silencio inundó el improvisado campamento de los recién llegados, se acercó al faro.

 

Denton: El capitán y su segundo están allí.

 

Kongre: Mi plan rendirá más frutos que abordar barcos en plena mar, Helmer. Controlando la luz del faro los obligaremos a naufragar entre las rocas para apoderarnos luego de sus ricos cargamentos.

 

Denton: ¡No son otra cosa que miserables piratas con nuevas tácticas!

 

Helmer: Estos documentos indican que había más de dos hombres aquí, capitán.

 

Kongre: ¡Seguro! El restante debió escapar para evitar la misma suerte de sus compañeros. Se llama Denton y habrá que encontrarlo.

 

Helmer: ¡Hay algo más sobre ese tercer hombre!

 

Denton: Descubrieron la fotografía y el recorte de ese diario de California entre mis cosas. Ahora sabrán todo lo que Felipe quería conocer cuando me preguntó por qué había dejado mi tierra.

 

Voz en off: El recuerdo volvió a invadirlo como con sus redes oscuras y pegajosas. Se vio otra vez en California, tratando de ahogar sus angustias de abandonado.

 

Tabernero: Te conviertes en un vulgar borracho. Deberías irte del pueblo, Denton.

 

Señor Garson:  Se queda a esperar un milagro, tabernero, que la mujer que quiso para él se vuelva tonta, me abandone y regrese a su lado. Mary Ann es una dama. Por eso eligió de esposo a un caballero.

 

Denton: Puede que me quede también a esperar otra cosa. ¡Su muerte, Garson!

 

Señor Garson: ¿Quién la provocaría, tú? ¡Tiembla demasiado tu pulso para empuñar un revólver!

 

Denton: ¿Lo cree de verdad? ¡Defiéndase como un hombre! ¡Voy a matarlo!

Braddy: No te busques problemas, muchacho. Eso no arreglaría nada. Vamos, guarda tu revólver y salgamos de aquí.

 

Denton: Tienes razón, Braddy.

 

Braddy: Los que son como Garson no merecen un tiro en el pecho sino por la espalda. Ya se encargará alguno de los mineros que está esquilmando de matarlo.

 

Voz en off: Y esa misma noche, cuando Garson dejó la taberna, el augurio se cumplió.

 

Braddy: ¡Despierta, Denton! Mataron a Garson y el sheriff salió a buscarte. Te culparon. Alguien vino a decírselo.

 

Denton: Sabes que no lo hice, Braddy. No me moví de tu cabaña.

 

Braddy: ¿Quién creería a tu mejor amigo? Sólo te queda una alternativa: huir. Naciste para vivir solitario, como un fato sobre la punta de una roca.

 

Voz en off: Montó en plena noche, pero no tomó el camino que salía del pueblo sino el que llevaba al rancho de Garson. Forzó una ventana y entró al cuarto de Mari Ann…

 

Mary Ann: ¡Denton!

 

Denton: ¿Lo sabes ya? Tu esposo está muerto. Vine a decirte que no lo hice yo. Y que aún te amo, Mary Ann.

 

Mary Ann: ¡Mientes! Tu lo odiabas. ¡Gritaré y los criados vendrán!

 

Denton: Cuando lleguen no estaré aquí. Debo escapar de una justicia equivocada. Me llevo esta fotografía de la mujer que quiero y el hombre que me la quitó.

 

Voz en off: Entonces huyó. Pero no escuchó los gritos de ella. Apenas el silencio quedaba a sus espaldas. Y su horizonte marcó soledad, nada más que soledad.

 

Denton: Luego leí la noticia en el periódico de un pueblo vecino. La misma que está en ese recorte que lee Kongre. Y marché hacia el sur. Hasta llegar a esta isla del borde del mundo.

 

Kongre:  Mató al esposo de la mujer que amaba y huyó. Tal vez no tengamos que matarlo cuando lo hallemos, Helmer. Es un hombre de acción y puede sernos útil. ¡Ordena que…!

 

Pirata: ¿Quién es usted? ¡Quieto o disparo!

 

Kongre: ¡Debe ser él! ¡Que no escape otra vez, Helmer!

 

Helmer: ¡De acuerdo, capitán Kongre!

 

Pirata: ¡Esto detendrá tus impulsos!

 

Voz en off: Cuando abrió los ojos estaba en el faro. Y el extraño jefe pirata ante él, tratando de persuadirlo.

 

Kongre: Sé que hay nativos del otro lado de la isla, Denton. Los someteremos y alzaré un imperio. Me pagarán fuertes sumas a modo de tributo, y con las ganancias que producirán los saqueos de los barcos que naufraguen, pronto seré un hombre poderoso. ¿Aceptas colaborar en mi plan?

 

Denton: ¡No soy un canalla, capitán!

 

Kongre: Eres un asesino fugitivo

 

Denton: Eso dice la noticia que leyó, pero es otra la verdad. Ví cómo mataban a mis compañeros. ¡Jamás seré uno de ustedes!

 

Kongre: ¡Hagan que cambie de parecer, Helmer!

 

Helmer: ¡Adelante, muchachos!

 

Denton: ¡No conseguirán nada de mí, Kongre! Cuando llegue el barco con los que vienen a relevarnos, pagarán todo esto.

 

Pirata: Está moribundo

 

Helmer: Lo soltaremos hasta que se recupere. El capitán lo quiere vivo.

 

Voz en off: Algo no lo había abandonado nunca: la suerte. Esta vez apareció cuando los piratas se confiaron demasiado en su debilidad.

 

Pirata: ¡Nos engañó!

 

Denton: ¡Ve a contárselo a tu jefe, perro inmundo!

 

Voz en off: Las cuevas costeras fueron otra vez su refugio. La noche lo sorprendió allí. Vio cómo variaba la posición de la luz del faro y cómo la silueta del barco que se aproximaba a la isla equivocaba el rumbo.

 

Arabella: Estoy agotada, Montefiore.

 

Montefiore: Algo raro ocurrió. Yo guiaba el timón cuando la luz del faro se apagó. Aférrense a mi mano y alcanzaremos la playa, Arabella. Esa gente parece estar esperándonos. Ignoraba que hubiese tantos hombres en la isla.

 

Arabella: Temo que hagan con nosotros lo que no pudo hacer el mar

 

Pirata: ¡Los restos del barco y su cargamento son para el capitán, pero la muchacha será del primero que la alcance!

 

Arabella: ¡Miserables! ¡No podrá con todos, Montefiore!

 

Pirata: ¡Ya eres mía!

 

Voz en off: Ella vio cómo la marea alejaba el cuerpo de su defensor. Sintió una mano áspera apretando su brazo. Y nada más, porque se desvaneció y su conquistador la alzó en vilo.

 

Kongre: ¡Trátala con cuidado! La dejarás en mi camarote del barco y volverás a recuperar la carga del navío hundido. Es demasiado hermosa para no considerarla parte del botín que corresponde al capitán.

 

Voz en off: Denton observaba todo desde su cueva. Y cuando la playa quedó desierta recuperó el cuerpo de Montefiore. Trabajosamente lo reanimó y pronto se tejió un lazo de amistad entre los dos.

 

Montefiore: Veníamos del norte. Por el Pacífico. Ella subió al barco en San Francisco.

 

Denton: ¿Es de California?

 

Montefiore: Supongo que sí. Coqueteaba con el capitán durante el viaje. Pero ya no tendrá ganas de hacerlo con nadie. ¡Esos canallas se la llevaron!

 

Arabellla: ¿Quién es usted y qué pretende de mí?

 

Kongre: Soy Kongre, el amo de la isla. Creo que fue una suerte que vinieras en ese barco. Comenzaba a sentirme solo. ¿Cómo te llamas?

 

Arabella: Y si debo ser franca, diré que no me disgusta estar aquí.

 

Kongre: Bonito nombre. Me alegra saber que resuelves usar la cabeza. Duerme ahora. Mañana haremos planes de futuro.

 

Kongre: El parecido de esa muchacha con la de la fotografía que pertenecía a Denton es asombroso, Helmer. Se me ocurre una idea para sacarlo de la cueva donde se ha ocultado. No me llevará mucho tiempo convencerla de que se haga pasar por Mary Ann Garson y enviarla en busca de Denton. Ella lo pondrá de nuestra parte y él terminará por decirnos cuándo llegará el barco con los relevos.

 

Helmer: Necesitamos ese dato para alistar el recibimiento, capitán. Ese navío no debe regresar al continente para que nuestros proyectos se cumplan.

 

Arabella: Mary Ann Garson… El mundo es un pañuelo a veces.

 

Voz en off: Los días pasaron lentos para los fugitivos de la cueva. Comían lo que pescaban en el mar y bebían el agua de una cascada vecina. Una tarde…

 

Denton: Los piratas no se animarán a venir por aquí, Montefiore. Saben que tengo un fusil que tomé al huir y no conocen el lugar.

 

Montefiore: Pienso en Arabellla.  Está en poder de Kongre y… ¿Oyes esa voz?

 

Denton: Parece la de una mujer. ¡Pronuncia tu nombre!

 

Arabella: ¡Denton! ¿Estás ahí? Soy Mary Ann. El destino me trajo a ti. El capitán Kongre me enteró de tu presencia en la isla y me pidió que viniera a buscarte.

 

Denton: Realmente se parece a la otra que dice ser. Entiendo lo que debió pasar: es una trampa que me tiende ese maldito pirata.

 

Arabella: Te perdonarán la vida si les informas cuándo llegará el barco del relevo. Nos permitirán vivir aquí, Denton. Poco después que huyeras del pueblo descubrieron al asesino de mi esposo. Ya no te buscan en California y yo comprendí que sigo amándote.

 

Denton: Es extraño que sepa tantas cosas. Pero ignora que tú vives aún y me pusiste al tanto de su verdadera identidad. ¡Saldré y fingiré caer en la trampa, Montefiore! Ese barco llegará mañana.

 

Denton: ¡Mary Ann!

 

Arabella: ¡Denton! Estaba segura que harías por mí lo que ellos te piden.

 

Voz en off: Fueron juntos al barco y Kongre sonrió. Pero Denton necesitaba tiempo para trazar un plan que salvara a los que traían los relevos y mintió.

 

Denton: Arribará en tres días, capitán.

 

Kongre: Admiro a los hombres razonables. Mi promesa se cumplirá. Yo mismo los casaré mañana. Ahora bajen a mi camarote y disfruten del reencuentro. ¡Tendrás muchas cosas que decirle a tu futura esposa, Denton!

 

Kongre: Lo mataremos antes del amanecer, Helmer. Aún considero que Arabella es lo que deseaba encontrar aquí para completar mi triunfo.

 

Helmer: De acuerdo, Kongre. Dejarlo vivo significaría un riesgo tonto. Yo lo vigilaré mientras esté en el barco.

 

Voz en off: Solos, bajo cubierta, él se despojó de su máscara de engañado.

 

Denton: La comedia terminó, Arabella. Ya no tiene que seguir fingiéndose Mary Ann. ¿Por qué aceptó cumplir con la tarea de Kongre? ¿Temía enfurecerlo?

 

Arabella: ¿Cómo conoce mi verdadero nombre, Denton?

 

Denton: Montefiore no murió. Yo lo saqué del mar. Está en la cueva que dejé. Ya mismo saldremos de aquí y nos reuniremos con él. El barco llegará antes del día que dije al capitán y los sorprenderá desprevenidos. ¡Alístese a saltar por el ojo de buey!

 

Arabella: ¿Y si me niego? Puedo tener aquí lo que siempre quise. Trabajaba de corista en San Francisco, ¿sabe? Una vida miserable que ahora puede cambiar junto a Kongre.

 

Denton: ¿De verdad cree eso? ¡Él se cansará de usted! Y conocerá algo peor que la mísera vida de corista.

 

Arabella: ¡Gritaré pidiendo ayuda! ¡Vendrán y lo matarán!

 

Arabella: ¡Aquí, pronto! ¡Denton descubrió la verdad!

 

Helmer: ¡Es la muchacha! ¡A ellos, todos!

 

Voz en off: Se abrió paso y ganó la borda. Tuvo que empujarla hacia el mar.

 

Denton: ¡Sígame y recupere su cordura, Arabella! Su dicha no está aquí.

 

Helmer: ¿Están locos? ¡Kongre quiere viva a esa mujer!

 

Pirata: Será inútil alcanzarlos a nado, Helmer. ¡Están demasiado lejos ya!

 

Montefiore: Conseguiste liberarla, Denton

 

Denton: Está herida, Montefiore. ¡Ven y ayúdame a llevarla a nuestro refugio! Sangra mucho, pero creo que podrá esperar el día para ser atendida, cuando llegue el barco del relevo y sus tripulantes acaben con la gente de Kongre.

 

Montefiore: ¿Qué atrae tanto tu atención en el mar, Denton?

 

Denton: Una pequeña luz que se dibuja en el horizonte. Debe ser el barco que esperamos. Se adelantó y llega a la isla. Pero los piratas suponiéndolo otro, lo harán equivocar de ruta desviando la luz del faro. ¡Debo volver allí y evitarlo! Cuida de Arabella hasta que todo termine.

 

Montefiore: Cuídate tú, Denton.

 

Kongre: Otra víctima ingenua se acerca al redil del lobo, Helmer.

 

Helmer: ¡Desviaremos la luz, capitán! ¡Denton!

 

Kongre: ¡Mátalo, Helmer!

 

Denton: ¡Sus hombres no saben calcular distancias, capitán! Ni creo que usted sepa defenderse sin armas ni ayudantes a su alrededor.

 

Voz en off: Fue un solo golpe, certero y rotundo. Kongre cayó al abismo desde lo alto del faro. El faro irradió una extraña y poderosa luz esa noche. El barco amarró en el muelle y alertados sus tripulantes de lo que sucedía, las huestes de Kongre, sin jefe, fueron rápidamente reducidas.

 

Denton: ¿Cómo está Arabellla, Montefiore?

 

Montefiore: Murió. Pero me contó algo antes. No inventó lo que dijo sobre Mary Ann y tu inocencia. Actuaba en un pueblo de California cuando la conoció y se enteró que ya no te buscan y que ella te espera.

 

Voz en off: Tres hombres quedaron en la isla, luego que el barco fuera reparado. Pero Denton se embarcó en la nave que embicó hacia el norte, por el Pacífico. Iba rumbo a una esperanza. Nunca había sido un canalla y sabía que una mujer estaba superando sus ambiciones.

 

Denton: A lo mejor Braddy se equivocó. No nací para vivir solitario como el faro del fin del mundo. Hay otro allá, en California, que me guía, como una estrella de vida.

 

FIN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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