Guión del radioteatro: “Aventuras
en el faro”
Personajes/Roles
(Por orden de aparición)
Braddy
Voz en off
Denton
Capitán Moriz
Marinero
Felipe
Mary Ann
Kongre
Helmer
Pirata
Tabernero
Señor Garson
Arabella
Montefiore
Braddy: “Naciste para vivir solitario, Denton, como un faro
sobre la punta de una roca seca y descolorida”.
Voz en off: Se lo había dicho el viejo Braddy, que alguna vez fuera
un hombre de mar.
Denton: Él tenía razón. Seré siempre como ese maldito faro. ¡Me
hartaré de verlo durante estos tres meses!
Capitán Moriz: Ya estamos en Cabo de Hornos, muchachos. Aunque los
viejos marinos llamamos a este lugar “el borde del mundo”. Más al sur sólo
quedan las tierras heladas.
Voz en off: El barco que los había traído alzaba el ancla más allá,
en el mar. Alguien les gritó:
Marinero: “¡Hasta el verano, amigos!”
Voz en off: …pero sólo el capitán Moriz devolvió el saludo.
Capitán Moriz: ¡No olviden regresar para relevarnos!
Felipe: El trabajo de cuidar y mantener el faro no será muy
pesado, Denton, pero os días pasarán lentos y aburridos. ¿Vas a decirme de una
vez por qué dejaste tu California natal y te metiste en esto?
Denton: ¡Rema y cállate, Felipe! Alguien me enseñó a no preguntar
al que nada pregunta.
Capitán Moriz: Habrá que organizar la tarea para llevarse bien. Somos
tres hombres en un páramo, encargados de ayudar a los que se arriesgan por
estas lejanas playas.
Voz en off: Los días se fueron sucediendo invariables, ventosos y
grises. Bajo el sol, el faro parecía un monumento a la soledad. Pero de noche
era una estrella luminosa indicando el buen camino.
Felipe: El capitán duerme como un lirón, Denton. ¿Iniciamos una
nueva partida de poker?
Denton: ¡Al diablo con tus cartas! Creo que saldré a caminar por
las rocas.
Felipe: ¿No olvidas algo, californiano? Esta fotografía estaba
bajo tu almohada. La descubrí esta mañana al ordenar las camas. La muchacha es
bella, pero, ¿quién es el novio feliz?
Denton: ¡No debiste sacar esto de su sitio, Felipe! ¡Voy a
castigarte duro! Si hay algo que un hombre debe respetar es la intimidad d
otro.
Capitán Moriz: ¡Quieto, Denton! No quiero peleas aquí. ¡Deberías estar
arriba, controlando la luz del faro!
Voz en off: Subió y volvió a mirar la fotografía frente a la luz que
titilaba como un corazón moribundo. Y su recuerdo aleteó como un pájaro.
Denton: La bella muchacha y el novio feliz. O la causa de mi
soledad. Mary Ann era la mujer que yo amaba, en California, cuando habitaba el
campamento de su padre, en plena fiebre del oro…
Mary Ann: Trabajas más que ninguno, Denton. ¿Y para qué? Esas
piedras doradas sólo enriquecerán al dueño de estas tierras.
Denton: Me dan un porcentaje de lo que saco. A mi ambición le
basta.
Mary Ann: A la mía, no. Nunca serás nadie y empiezo a creer que me
costará compartir la vida con un hombre pobre.
Denton: No hablabas así cuando nos conocimos, Mary Ann.
Mary Ann: Acaso porque era una muchacha inexperta. Pero crecí,
¿sabes? Y supe que puedo gustar a otros tan importantes como el banquero
Garson.
Denton: ¡Cállate!
Mary Ann: ¿Suéltame! ¿Adónde me llevas ahora?
Denton: A un lugar donde estemos más solos y pueda hablarte
claro. Eres mía, Mary Ann, prometiste ser mi mujer cuando volviésemos a la
ciudad. ¿Cambiaste acaso de parecer? ¡Dime que bromeabas! ¡Grita que sólo
pretendías jugar a enojarme!
Mary Ann: ¡Denton!
Capitán Moriz: ¿Piensas pasar toda la noche ahí arriba, Denton? ¡Baja,
que el café se enfría!
Denton: ¡De acuerdo, capitán Moriz!
Capitán Moriz: Aún nos queda un mes aquí. ¡Y no quiero verlos
enemistados! ¡Vamos, muchacho, aprieta la mano de Felipe y dile que olvidas
todo!
Denton: Yo no sé olvidar.
Voz en off: Después le dolió hacerlo porque en la mañana un barco
apareció en el horizonte. En la costa, el capitán observa cómo se acerca con un
catalejo.
Capitán Moriz: ¡Viene hacia aquí!
Voz en off: En la cubierta del barco, el capitán Kongre y Helmer
contemplan la costa.
Kongre: ¡Ese es el faro del fin del mundo! Nuestra meta. ¿Cuántos
hombres supones que lo habitan, Helmer?
Helmer: No muchos, capitán Kongre. Será fácil reducirlos.
Voz en off: Felipe y el capitán Moriz se aproximan al muelle. Denton
permanece en el faro, cauteloso.
Felipe: ¿No vienes con nosotros, Denton? La marea les permite
atracar en el muelle de la bahía.
Denton: Jamás me muestro amistoso con marinos sin bandera,
Felipe.
Capitán Moriz: ¿Necesitan ayuda? ¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde
vienen?
Denton: Moriz y Felipe suben al barco. Nadie se mueve en
cubierta. Creo que se arriesgan demasiado.
Capitán Moriz: Soy el Capitán Moriz a cargo del equipo de mantenimiento
del faro de la isla. Si tenemos lo que
buscan, gustosos…
Kongre: ¡A ellos!
Denton: ¡Los atacan!
Capitán Moriz: ¿Por qué?
Felipe: ¡AAAG!
Denton: ¡Ni siquiera les dieron la oportunidad de defenderse!
¡Miserables! Echan sus cadáveres al mar y se alistan a ocupar la isla.
Voz en off: Dos meses le habían bastado para conocer todos los
recovecos del lugar. Su olfato le previno que debía ocultarse para sobrevivir.
Denton: Desde aquí podré observarlos sin peligro. Bajan sus
cosas. Utensilios, muebles, ropas.
Kongre: ¡Nos instalaremos inmediatamente! Ocuparé la casa del
faro y ustedes levantarán sus tiendas por las rocas, Helmer.
Helmer: ¡La isla florecerá, capitán!
Kongre: ¡En nombre de mi poder y mi fuerza, yo, Kongre, tomo
posesión del faro del fin del mundo!
Denton: El llamado Kongre tiene aspecto sanguinario, como los
demás. He conocido a otros de su clase. ¿Pero qué diablos se proponen hacer
aquí?
Voz en off: No era una tierra propicia para nada. Un cascarón
flotando en el inmenso mar apenas. Aguardó la noche y cuando el silencio inundó
el improvisado campamento de los recién llegados, se acercó al faro.
Denton: El capitán y su segundo están allí.
Kongre: Mi plan rendirá más frutos que abordar barcos en plena
mar, Helmer. Controlando la luz del faro los obligaremos a naufragar entre las
rocas para apoderarnos luego de sus ricos cargamentos.
Denton: ¡No son otra cosa que miserables piratas con nuevas
tácticas!
Helmer: Estos documentos indican que había más de dos hombres
aquí, capitán.
Kongre: ¡Seguro! El restante debió escapar para evitar la misma
suerte de sus compañeros. Se llama Denton y habrá que encontrarlo.
Helmer: ¡Hay algo más sobre ese tercer hombre!
Denton: Descubrieron la fotografía y el recorte de ese diario de
California entre mis cosas. Ahora sabrán todo lo que Felipe quería conocer
cuando me preguntó por qué había dejado mi tierra.
Voz en off: El recuerdo volvió a invadirlo como con sus redes oscuras
y pegajosas. Se vio otra vez en California, tratando de ahogar sus angustias de
abandonado.
Tabernero: Te conviertes en un vulgar borracho. Deberías irte del
pueblo, Denton.
Señor Garson: Se queda a
esperar un milagro, tabernero, que la mujer que quiso para él se vuelva tonta,
me abandone y regrese a su lado. Mary Ann es una dama. Por eso eligió de esposo
a un caballero.
Denton: Puede que me quede también a esperar otra cosa. ¡Su
muerte, Garson!
Señor Garson: ¿Quién la provocaría, tú? ¡Tiembla demasiado tu pulso
para empuñar un revólver!
Denton: ¿Lo cree de verdad? ¡Defiéndase como un hombre! ¡Voy a
matarlo!
Braddy: No te busques problemas, muchacho. Eso no arreglaría
nada. Vamos, guarda tu revólver y salgamos de aquí.
Denton: Tienes razón, Braddy.
Braddy: Los que son como Garson no merecen un tiro en el pecho
sino por la espalda. Ya se encargará alguno de los mineros que está esquilmando
de matarlo.
Voz en off: Y esa misma noche, cuando Garson dejó la taberna, el
augurio se cumplió.
Braddy: ¡Despierta, Denton! Mataron a Garson y el sheriff salió
a buscarte. Te culparon. Alguien vino a decírselo.
Denton: Sabes que no lo hice, Braddy. No me moví de tu cabaña.
Braddy: ¿Quién creería a tu mejor amigo? Sólo te queda una
alternativa: huir. Naciste para vivir solitario, como un fato sobre la punta de
una roca.
Voz en off: Montó en plena noche, pero no tomó el camino que salía
del pueblo sino el que llevaba al rancho de Garson. Forzó una ventana y entró
al cuarto de Mari Ann…
Mary Ann: ¡Denton!
Denton: ¿Lo sabes ya? Tu esposo está muerto. Vine a decirte que
no lo hice yo. Y que aún te amo, Mary Ann.
Mary Ann: ¡Mientes! Tu lo odiabas. ¡Gritaré y los criados vendrán!
Denton: Cuando lleguen no estaré aquí. Debo escapar de una
justicia equivocada. Me llevo esta fotografía de la mujer que quiero y el
hombre que me la quitó.
Voz en off: Entonces huyó. Pero no escuchó los gritos de ella.
Apenas el silencio quedaba a sus espaldas. Y su horizonte marcó soledad, nada
más que soledad.
Denton: Luego leí la noticia en el periódico de un pueblo
vecino. La misma que está en ese recorte que lee Kongre. Y marché hacia el sur.
Hasta llegar a esta isla del borde del mundo.
Kongre: Mató al esposo de
la mujer que amaba y huyó. Tal vez no tengamos que matarlo cuando lo hallemos,
Helmer. Es un hombre de acción y puede sernos útil. ¡Ordena que…!
Pirata: ¿Quién es usted? ¡Quieto o disparo!
Kongre: ¡Debe ser él! ¡Que no escape otra vez, Helmer!
Helmer: ¡De acuerdo, capitán Kongre!
Pirata: ¡Esto detendrá tus impulsos!
Voz en off: Cuando abrió los ojos estaba en el faro. Y el extraño
jefe pirata ante él, tratando de persuadirlo.
Kongre: Sé que hay nativos del otro lado de la isla, Denton. Los
someteremos y alzaré un imperio. Me pagarán fuertes sumas a modo de tributo, y
con las ganancias que producirán los saqueos de los barcos que naufraguen,
pronto seré un hombre poderoso. ¿Aceptas colaborar en mi plan?
Denton: ¡No soy un canalla, capitán!
Kongre: Eres un asesino fugitivo
Denton: Eso dice la noticia que leyó, pero es otra la verdad. Ví
cómo mataban a mis compañeros. ¡Jamás seré uno de ustedes!
Kongre: ¡Hagan que cambie de parecer, Helmer!
Helmer: ¡Adelante, muchachos!
Denton: ¡No conseguirán nada de mí, Kongre! Cuando llegue el
barco con los que vienen a relevarnos, pagarán todo esto.
Pirata: Está moribundo
Helmer: Lo soltaremos hasta que se recupere. El capitán lo
quiere vivo.
Voz en off: Algo no lo había abandonado nunca: la suerte. Esta vez
apareció cuando los piratas se confiaron demasiado en su debilidad.
Pirata: ¡Nos engañó!
Denton: ¡Ve a contárselo a tu jefe, perro inmundo!
Voz en off: Las cuevas costeras fueron otra vez su refugio. La noche
lo sorprendió allí. Vio cómo variaba la posición de la luz del faro y cómo la
silueta del barco que se aproximaba a la isla equivocaba el rumbo.
Arabella: Estoy agotada, Montefiore.
Montefiore: Algo raro ocurrió. Yo guiaba el timón cuando la luz del
faro se apagó. Aférrense a mi mano y alcanzaremos la playa, Arabella.
Esa gente parece estar esperándonos. Ignoraba que hubiese tantos hombres en la
isla.
Arabella: Temo que hagan con nosotros lo que no pudo hacer el mar
Pirata: ¡Los restos del barco y su cargamento son para el
capitán, pero la muchacha será del primero que la alcance!
Arabella: ¡Miserables! ¡No podrá con todos, Montefiore!
Pirata: ¡Ya eres mía!
Voz en off: Ella vio cómo la marea alejaba el cuerpo de su defensor.
Sintió una mano áspera apretando su brazo. Y nada más, porque se desvaneció y
su conquistador la alzó en vilo.
Kongre: ¡Trátala con cuidado! La dejarás en mi camarote del
barco y volverás a recuperar la carga del navío hundido. Es demasiado hermosa
para no considerarla parte del botín que corresponde al capitán.
Voz en off: Denton observaba todo desde su cueva. Y cuando la playa
quedó desierta recuperó el cuerpo de Montefiore. Trabajosamente lo reanimó y
pronto se tejió un lazo de amistad entre los dos.
Montefiore: Veníamos del norte. Por el Pacífico. Ella subió al barco
en San Francisco.
Denton: ¿Es de California?
Montefiore: Supongo que sí. Coqueteaba con el capitán durante el
viaje. Pero ya no tendrá ganas de hacerlo con nadie. ¡Esos canallas se la
llevaron!
Arabellla: ¿Quién es usted y qué pretende de mí?
Kongre: Soy Kongre, el amo de la isla. Creo que fue una suerte
que vinieras en ese barco. Comenzaba a sentirme solo. ¿Cómo te llamas?
Arabella: Y si debo ser franca, diré que no me disgusta estar
aquí.
Kongre: Bonito nombre. Me alegra saber que resuelves usar la
cabeza. Duerme ahora. Mañana haremos planes de futuro.
Kongre: El parecido de esa muchacha con la de la fotografía que
pertenecía a Denton es asombroso, Helmer. Se me ocurre una idea para sacarlo de
la cueva donde se ha ocultado. No me llevará mucho tiempo convencerla de que se
haga pasar por Mary Ann Garson y enviarla en busca de Denton. Ella lo pondrá de
nuestra parte y él terminará por decirnos cuándo llegará el barco con los
relevos.
Helmer: Necesitamos ese dato para alistar el recibimiento,
capitán. Ese navío no debe regresar al continente para que nuestros proyectos
se cumplan.
Arabella: Mary Ann Garson… El mundo es un pañuelo a veces.
Voz en off: Los días pasaron lentos para los fugitivos de la cueva.
Comían lo que pescaban en el mar y bebían el agua de una cascada vecina. Una
tarde…
Denton: Los piratas no se animarán a venir por aquí, Montefiore.
Saben que tengo un fusil que tomé al huir y no conocen el lugar.
Montefiore: Pienso en Arabellla.
Está en poder de Kongre y… ¿Oyes esa voz?
Denton: Parece la de una mujer. ¡Pronuncia tu nombre!
Arabella: ¡Denton! ¿Estás ahí? Soy Mary Ann. El destino me trajo a
ti. El capitán Kongre me enteró de tu presencia en la isla y me pidió que
viniera a buscarte.
Denton: Realmente se parece a la otra que dice ser. Entiendo lo
que debió pasar: es una trampa que me tiende ese maldito pirata.
Arabella: Te perdonarán la vida si les informas cuándo llegará el
barco del relevo. Nos permitirán vivir aquí, Denton. Poco después que huyeras
del pueblo descubrieron al asesino de mi esposo. Ya no te buscan en California
y yo comprendí que sigo amándote.
Denton: Es extraño que sepa tantas cosas. Pero ignora que tú
vives aún y me pusiste al tanto de su verdadera identidad. ¡Saldré y fingiré
caer en la trampa, Montefiore! Ese barco llegará mañana.
Denton: ¡Mary Ann!
Arabella: ¡Denton! Estaba segura que harías por mí lo que ellos te
piden.
Voz en off: Fueron juntos al barco y Kongre sonrió. Pero Denton
necesitaba tiempo para trazar un plan que salvara a los que traían los relevos
y mintió.
Denton: Arribará en tres días, capitán.
Kongre: Admiro a los hombres razonables. Mi promesa se cumplirá.
Yo mismo los casaré mañana. Ahora bajen a mi camarote y disfruten del
reencuentro. ¡Tendrás muchas cosas que decirle a tu futura esposa, Denton!
Kongre: Lo mataremos antes del amanecer, Helmer. Aún considero
que Arabella es lo que deseaba encontrar aquí para completar mi triunfo.
Helmer: De acuerdo, Kongre. Dejarlo vivo significaría un riesgo
tonto. Yo lo vigilaré mientras esté en el barco.
Voz en off: Solos, bajo cubierta, él se despojó de su máscara de
engañado.
Denton: La comedia terminó, Arabella. Ya no tiene que seguir
fingiéndose Mary Ann. ¿Por qué aceptó cumplir con la tarea de Kongre? ¿Temía
enfurecerlo?
Arabella: ¿Cómo conoce mi verdadero nombre, Denton?
Denton: Montefiore no murió. Yo lo saqué del mar. Está en la
cueva que dejé. Ya mismo saldremos de aquí y nos reuniremos con él. El barco
llegará antes del día que dije al capitán y los sorprenderá desprevenidos.
¡Alístese a saltar por el ojo de buey!
Arabella: ¿Y si me niego? Puedo tener aquí lo que siempre quise.
Trabajaba de corista en San Francisco, ¿sabe? Una vida miserable que ahora
puede cambiar junto a Kongre.
Denton: ¿De verdad cree eso? ¡Él se cansará de usted! Y conocerá
algo peor que la mísera vida de corista.
Arabella: ¡Gritaré pidiendo ayuda! ¡Vendrán y lo matarán!
Arabella: ¡Aquí, pronto! ¡Denton descubrió la verdad!
Helmer: ¡Es la muchacha! ¡A ellos, todos!
Voz en off: Se abrió paso y ganó la borda. Tuvo que empujarla hacia
el mar.
Denton: ¡Sígame y recupere su cordura, Arabella! Su dicha no
está aquí.
Helmer: ¿Están locos? ¡Kongre quiere viva a esa mujer!
Pirata: Será inútil alcanzarlos a nado, Helmer. ¡Están demasiado
lejos ya!
Montefiore: Conseguiste liberarla, Denton
Denton: Está herida, Montefiore. ¡Ven y ayúdame a llevarla a
nuestro refugio! Sangra mucho, pero creo que podrá esperar el día para ser
atendida, cuando llegue el barco del relevo y sus tripulantes acaben con la
gente de Kongre.
Montefiore: ¿Qué atrae tanto tu atención en el mar, Denton?
Denton: Una pequeña luz que se dibuja en el horizonte. Debe ser
el barco que esperamos. Se adelantó y llega a la isla. Pero los piratas
suponiéndolo otro, lo harán equivocar de ruta desviando la luz del faro. ¡Debo
volver allí y evitarlo! Cuida de Arabella hasta que todo termine.
Montefiore: Cuídate tú, Denton.
Kongre: Otra víctima ingenua se acerca al redil del lobo,
Helmer.
Helmer: ¡Desviaremos la luz, capitán! ¡Denton!
Kongre: ¡Mátalo, Helmer!
Denton: ¡Sus hombres no saben calcular distancias, capitán! Ni
creo que usted sepa defenderse sin armas ni ayudantes a su alrededor.
Voz en off: Fue un solo golpe, certero y rotundo. Kongre cayó al
abismo desde lo alto del faro. El faro irradió una extraña y poderosa luz esa
noche. El barco amarró en el muelle y alertados sus tripulantes de lo que
sucedía, las huestes de Kongre, sin jefe, fueron rápidamente reducidas.
Denton: ¿Cómo está Arabellla, Montefiore?
Montefiore: Murió. Pero me contó algo antes. No inventó lo que dijo
sobre Mary Ann y tu inocencia. Actuaba en un pueblo de California cuando la
conoció y se enteró que ya no te buscan y que ella te espera.
Voz en off: Tres hombres quedaron en la isla, luego que el barco fuera
reparado. Pero Denton se embarcó en la nave que embicó hacia el norte, por el
Pacífico. Iba rumbo a una esperanza. Nunca había sido un canalla y sabía que
una mujer estaba superando sus ambiciones.
Denton: A lo mejor Braddy se equivocó. No nací para vivir
solitario como el faro del fin del mundo. Hay otro allá, en California, que me
guía, como una estrella de vida.
FIN
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